En este amanecer, Señor
que mi primer pensamiento suba hasta ti,
a quien debo el poder ver este nuevo día.
Mi alma fue hecha a semejanza de tu rostro.
y sé que me llamaste por mi nombre
desde lo más profundo de los tiempos.
Que este día que comienza sea para mí
Como una ofrenda!
En la belleza del mundo,
Que yo sepa reconocer tu esplendor
Que cada una de mis horas discurra en tu presencia.
Dios a quien pertenece por qué y el cómo de todo.
Este día será claro o sombrío ¿qué importa?
En el puedo conocer infelicidad y dolor.
Hijo de Dios:
Permíteme que asocie
mis sufrimientos a los tuyos,
Tú que conociste la pesada carga de nuestro dolor
y llevas con nosotros el peso cotidiano
de nuestros duros momentos.
Tú en tu bondad haces que mis días
sean más livianos de cargas
y llenos de prosperidad, salud y amor.
Amen.
