PRIMER MISTERIO
Os suplicamos, Señor,
saquéis tantas almas del purgatorio
y convirtáis tantos pecadores,
cuantas fueron las sensaciones de dolor
que sufrió vuestro amantísimo corazón
y el de vuestra Purísima Madre,
en la noche de vuestra dolorosa Pasión
y cruel agonía en el huerto de las Olivos.
Y vosotras, almas santas,
alcanzadnos del Señor las gracias
que deseamos conseguir
por intercesión de la Santísima Virgen,
saludándola diez veces con la jaculatoria.
¡Oh María! sin pecado concebida,
rogad por nosotros que recurrimos a Vos.
SEGUNDO MISTERIO
Os suplicamos, Señor,
saquéis tantas almas del purgatorio
y convirtáis tantos pecadores,
cuantas fueron las sensaciones de dolor
que sufrió vuestro amantísimo corazón
y el de vuestra Purísima Madre
con el tormento de los crueles azotes
que sufristeis amarrado a una columna.
Y vosotras, almas santas,
alcanzadnos del Señor las gracias
que deseamos conseguir
por intercesión de la Santísima Virgen,
saludándola diez veces con la jaculatoria.
¡Oh María! sin pecado concebida,
rogad por nosotros que recurrimos a vos.
TERCER MISTERIO
Os suplicamos, Señor,
saquéis tantas almas del purgatorio
y convirtáis tantos pecadores,
cuantas fueron las sensaciones de dolor
que sufrió Vuestro amantísimo Corazón
y el de vuestra Purísima Madre
con la cruel coronación de espinas,
burlas y escarnios.
Y vosotras, almas santas,
alcanzadnos del Señor las gracias
que deseamos conseguir
por intercesión de la Santísima Virgen,
saludándola diez veces con la jaculatoria.
¡Oh María! sin pecado concebida,
rogad por nosotros que recurrimos a Vos.
CUARTO MISTERIO
Os suplicamos, Señor,
saquéis tantas almas del purgatorio
y convirtáis tantos pecadores,
cuantas fueron las sensaciones de dolor
que sufrió vuestro amantísimo corazón
y el de vuestra Purísima Madre
en el encuentro de la calle de la Amargura
caminando con pesada cruz de nuestros pecados.
Y vosotras, almas santas,
alcanzadnos del Señor las gracias
que deseamos conseguir
por intercesión de la Santísima Virgen,
saludándola diez veces con la jaculatoria.
¡Oh María! sin pecado concebida,
rogad por nosotros que recurrimos a Vos.
QUINTO MISTERIO
Os suplicamos, Señor,
saquéis tantas almas del purgatorio
y convirtáis tantos pecadores,
cuantas fueron las sensaciones de dolor
que sufrió vuestro amantísimo corazón
y el de vuestra Purísima Madre
en las tres horas de mortal agonía
y afrentosa muerte en la Cruz.
Y vosotras, almas santas,
alcanzadnos del Señor las gracias
que deseamos conseguir
por intercesión de la Santísima Virgen,
saludándola diez veces con la jaculatoria.
¡Oh María! sin pecado concebida,
rogad por nosotros que recurrimos a Vos.
Se concluye el rosario rezando el Credo y la Salve.
Pedid con fe y recibiréis.