Preguntando una vez San Bernardo a Nuestro Señor en la oración cuál había sido el mayor dolor que sufrió en su cuerpo en su pasión, respondió el Señor: «Yo tuve una llaga en la espalda, honda, tres dedos, que se me hizo llevando la Cruz a causa de los tres huesos que en ella sobresalen. Ésta me ha sido de mayor pena y dolor que todas las otras, la cual consideran poco todos los hombres por no serles conocida, pero tú tenla en veneración, y sabes que cualquier gracia que me pidas en su virtud te la concederé. Y a todos los que por ella me honraren, les perdonaré sus pecados cotidianos, de los mortales confesados no me acordaré más y conseguirán mi gracia y misericordia.»
ORACIÓN DE LA SANTÍSIMA LLAGA DE LA ESPALDA
Jesucristo, mansísimo Cordero de Dios.
Yo, pobre pecador, saludo y reverencio
tu Santísima Llaga, honda tres dedos,
que padeciste en la espalda llevando tu pesada Cruz,
y, «que debido a los tres huesos que en ella sobresalen,
te produjo mayor pena y dolor
que todas las otras juntas de tu pasión.»
Te adoro, dolorido Señor mío;
te reverencio, te glorifico en lo íntimo de mi corazón,
y te doy gracias por aquella Santísima,
muy profunda y dolorosa Llaga de tu espalda.
Te suplico humildemente,
por aquel duro peso de tu Cruz,
que tengas misericordia de mí
y me perdones todos mis pecados,
tanto veniales como mortales,
y me acompañes en el camino de la Cruz,
por las sangrientas pisadas tuyas,
a la bienaventuranza eterna;
en compañía de mis familiares,
por los siglos de los siglos.
Amén.
Alabada sea la Santísima llaga de la espalda
de Nuestro Señor Jesucristo.
Amén.
0 comentarios:
Publicar un comentario