te suplicamos bendigas esta sal,
símbolo de la gracia
que derramaste en los cristianos
que han sido puestos en el mundo
para evitar la corrupción de Satanás,
y eleva la facultad natural de esta sal
de evitar la pudrición de la carne
a un nivel espiritual que evite toda corrupción originada
en el pecado o que proceda de las instigaciones
del demonio, del mundo y de las pasiones,
para que así donde sea puesta
no pueda estar la presencia del diablo y sus secuaces,
sean disueltas todas las ataduras de los maleficios
y las personas que la reciban recuperen
la salud espiritual y corporal.
Y que esta bendición se realice
en el nombre de Dios Padre Omnipotente,
Dios Hijo Redentor del Mundo,
Dios Espíritu Santo,
con el poder de atar y desatar
que tiene la Santa Madre Iglesia Católica,
por la intercesión de la Santísima Virgen María
y el ministerio de los Santos Arcángeles
San Miguel, San Gabriel y San Rafael.
Amén
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