¡Oh Jesús!
yo os pido humildemente me concedáis la gracia
de salvar un alma por cada latido de mi corazón,
unido a los latidos del vuestro
y a los del Corazón Inmaculado
de vuestra Santísima Madre.
Os lo suplico por vuestra Preciosa Sangre
y vuestra Divina Misericordia.
Salva las almas, sálvalas Señor.
Padre nuestro, Ave María y Gloria.
Extraordinaria promesa de Cristo
“Si me piden salvar un alma por cada latido de su corazón, se lo concederé a quien me lo pida”(Mensaje del Señor a los Siervos del Divino Amor, año 1976).
Nota explicativa: Esta Oración es válida sólo durante 24 horas, y se refiere a la salvación de almas que aún viven. No es aplicable, por tanto a las almas del Purgatorio. (Con licencia eclesiástica)
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