Dios y Señor de los Ángeles,
a quienes encomendáis la guardia de los hombres:
ofrezco los merecimientos de estos,
soberanos espíritus,
y los del Príncipe de los Ángeles,
San Miguel,
que por sí, por medio de sus ministros
guarda la naturaleza humana
para que me guardes de todo pecado,
me concedáis una fuerza angelical,
y otorguéis lo que pido,
a mayor honra y gloria vuestra.
(Hágase la petición.)
Amén.
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